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Para muchas personas, trabajar desde casa o cualquier lugar fuera de la oficina es un sueño guajiro, para otras, es parte de nuestro día a día, mientras que para muchas otras, el famoso home office es algo muy similar a una pesadilla. Aquí te cuento algunos consejos que, en lo personal, me han servido mucho y me han ayudado a ser más productivo fuera de la oficina.
Más de alguna vez he escuchado frases como “en mi casa es imposible trabajar” o “si no estoy en mi oficina, siento que no trabajo” y otras más chistosas como “esa cosa es para millennials”, y entiendo perfecto a quienes lo dicen, yo también pasé por eso.
Hace algunos años trabajé en una agencia en donde tenía que leer libros todo el tiempo y, por obvias razones, la oficina no era el mejor lugar para encerrarme en mi burbuja de silencio y concentrarme en los libros, así que muchos días trabajaba desde casa, pero al principio no era nada fácil, pasaba horas leyendo en mi cama, me distraía constantemente y platicaba con todos los que estaban en casa.
Recuerda priorizar tus actividades y fijarte un horario de actividades, así podrás avanzar en tu trabajo sin retrasarte.
No me juzguen, era un chiquillo haciendo sus “pininos” en el mundo del home office; pero les prometo que las cosas han mejorado mucho desde entonces, muchísimo.
¿Qué fue lo primero que hice para aprovechar mejor mis días? Priorizar mis actividades, no importa si estaba en mi casa o en algún viaje, lo primero que tenía que hacer era enfocarme en mis tareas laborales, no importa si había visitas, si estaba mi serie favorita en la TV o si mi cama estaba riquísima esperando a que alguien durmiera en ella, ¡primero lo primero!
Después de priorizar mis tareas fui aprendiendo a desconectarme y ponerme en “modo avión” para las demás personas (y esa norma es básica conmigo, y con todos los que platicamos hasta por los codos) tenía que acostumbrarme a que, aunque estuviera en la misma casa, no estaba disponible para platicar, ni para cocinar o hacer cualquier cosa que haría un domingo por la tarde.
Con el tiempo fui mejorando mi forma de trabajar en casa hasta que llegó un punto en el que para mí era igual trabajar dentro o fuera de la oficina. En Kueski, el home office también es parte de la cultura de trabajo y desde que llegué, me di cuenta que todos (o la mayoría) ya están acostumbrados a él y es padrísimo ver que puedes tener compañeros en la misma oficina, en sus casas o en otras partes del mundo y todos los proyectos y juntas que tengas con ellos siguen avanzando con normalidad.
Después de analizar qué era lo que estaba haciendo mal y qué estaba haciendo mejor, creé una lista con consejos súper simples (pero efectivos) que pueden ayudarte a convertir el home office en una forma de trabajo muy cómoda y productiva:
No olvides adaptar tu espacio para poder avanzar en tus actividades. Mientras más cómodo, es mejor.
Es importante que destines ciertos espacios de tu tiempo para despejarte, así evitas cualquier bloqueo a tu productividad.
Para muchas personas, trabajar desde casa o cualquier lugar fuera de la oficina es un sueño guajiro, para otras, es parte de nuestro día a día, mientras que para muchas otras, el famoso home office es algo muy similar a una pesadilla. Aquí te cuento algunos consejos que, en lo personal, me han servido mucho y me han ayudado a ser más productivo fuera de la oficina.
Más de alguna vez he escuchado frases como “en mi casa es imposible trabajar” o “si no estoy en mi oficina, siento que no trabajo” y otras más chistosas como “esa cosa es para millennials”, y entiendo perfecto a quienes lo dicen, yo también pasé por eso.
Hace algunos años trabajé en una agencia en donde tenía que leer libros todo el tiempo y, por obvias razones, la oficina no era el mejor lugar para encerrarme en mi burbuja de silencio y concentrarme en los libros, así que muchos días trabajaba desde casa, pero al principio no era nada fácil, pasaba horas leyendo en mi cama, me distraía constantemente y platicaba con todos los que estaban en casa.
Recuerda priorizar tus actividades y fijarte un horario de actividades, así podrás avanzar en tu trabajo sin retrasarte.
No me juzguen, era un chiquillo haciendo sus “pininos” en el mundo del home office; pero les prometo que las cosas han mejorado mucho desde entonces, muchísimo.
¿Qué fue lo primero que hice para aprovechar mejor mis días? Priorizar mis actividades, no importa si estaba en mi casa o en algún viaje, lo primero que tenía que hacer era enfocarme en mis tareas laborales, no importa si había visitas, si estaba mi serie favorita en la TV o si mi cama estaba riquísima esperando a que alguien durmiera en ella, ¡primero lo primero!
Después de priorizar mis tareas fui aprendiendo a desconectarme y ponerme en “modo avión” para las demás personas (y esa norma es básica conmigo, y con todos los que platicamos hasta por los codos) tenía que acostumbrarme a que, aunque estuviera en la misma casa, no estaba disponible para platicar, ni para cocinar o hacer cualquier cosa que haría un domingo por la tarde.
Con el tiempo fui mejorando mi forma de trabajar en casa hasta que llegó un punto en el que para mí era igual trabajar dentro o fuera de la oficina. En Kueski, el home office también es parte de la cultura de trabajo y desde que llegué, me di cuenta que todos (o la mayoría) ya están acostumbrados a él y es padrísimo ver que puedes tener compañeros en la misma oficina, en sus casas o en otras partes del mundo y todos los proyectos y juntas que tengas con ellos siguen avanzando con normalidad.
Después de analizar qué era lo que estaba haciendo mal y qué estaba haciendo mejor, creé una lista con consejos súper simples (pero efectivos) que pueden ayudarte a convertir el home office en una forma de trabajo muy cómoda y productiva:
No olvides adaptar tu espacio para poder avanzar en tus actividades. Mientras más cómodo, es mejor.
Es importante que destines ciertos espacios de tu tiempo para despejarte, así evitas cualquier bloqueo a tu productividad.
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